jueves, 18 de noviembre de 2010

Día mundial de la filosofía 2010

Hoy, como cada tercer jueves del mes de noviembre, se celebra el día mundial de la filosofía, instaurado por la UNESCO para "animar a los pueblos del mundo a compartir su herencia filosófica y a abrir sus mentes a nuevas ideas, así como para inspirar un debate público entre los intelectuales y la sociedad civil sobre los desafíos que enfrenta nuestra sociedad".

¿Por qué celebrar un día mundial de la filosofía? Porque hoy en día, la filosofía está muy denostada. En nuestro país, la enseñanza de la filosofía, tan fundamental a la hora de formar ciudadanos críticos, se encuentra seriamente amenazada por un gobierno que trata de anularla convirtiéndola en una domesticada "educación para la ciudadanía", con la complicidad de los gobiernos autonómicos en manos de distintos partidos, que han reducido el número de horas de las asignaturas de filosofía hasta convertirlas en auténticas "marías".

En una sociedad en la que, por lo visto, sólo merece la pena lo que proporciona beneficios económicos o produce bienes tangibles, la filosofía ha perdido prestigio. Parece que los que nos dedicamos a la filosofía tenemos que estar constantemente justificándonos. "Y eso ¿pa' qué vale?" Uno ya tiene la sensación de que tendría que estar pidiendo perdón todo el día.

La actitud actual hacia la filosofía nace, en la mayoría de los casos, de la incomprensión. Y parte de la culpa de esta incomprensión la tenemos los propios filósofos. A veces no conseguimos transmitir en qué consiste realmente nuestra disciplina, y se perpetúan tópicos producidos, en gran parte, por algunos "filósofos" que han decidido que cualquier cosa que se les ocurra bajo los efectos del alcohol, escrita de manera que no se entienda, merece ser llamada "filosofía". 

Pero "la filosofía es una investigación racional que tiene como objeto de estudio la naturaleza de la realidad". Y hago hincapié en lo de "racional": las razones, los argumentos, son lo que caracteriza el quehacer del filósofo. Los que desprecian esto y pretenden hacer filosofía acaban haciendo simplemente mala literatura.

La filosofía está en las raíces de la civilización occidental, y sin ella no seríamos lo que somos. Es justo que le rindamos homenaje a esta tradición de más de dos mil años que no desaparecerá mientras exista un solo ser humano en el Universo.

¡Feliz día mundial de la Filosofía!

martes, 16 de noviembre de 2010

El último mago II: sabiduría antigua

(Ir al primer post de esta serie)
"A menudo sin querer, se ha tendido a destacar los elementos modernos del pensamiento de la generación de Newton, relegando discretamente a un segundo plano cualquier elemento de naturaleza contraria".
Charles Webster.  
La historia de las ideas y de la ciencia se suele contar de manera muy simplificada. Según un cuento muy habitual, en la Edad Moderna surgieron determinados héroes-científicos que, guiados por el pensamiento racional, acabaron de golpe con toda la superstición anterior. Es decir, se vivía en una época de oscurantismo, de creencia en la magia y ¡zas! de repente apareció la ciencia y se hizo la luz.

Por supuesto, no fue esto lo que sucedió. Isaac Newton y sus contemporáneos eran -por tópico que suene- hombres de su tiempo, una época dominada por el sentimiento de la cercanía del Apocalipsis: crisis, guerras, peste, herejía... Todo esto provocaba cierta ansiedad entre los intelectuales, que se lanzaron a la búsqueda de las verdades últimas pertrechados con una visión del mundo que era una amalgama de filosofía natural, alquimia, hermetismo, teología, astrología y demás. En definitiva, combinaban lo que hoy día tenemos por ciencia con lo que llamaríamos "pseudociencias".

Newton no era una excepción. No se le puede separar totalmente de las corrientes de pensamiento de su época, sobre todo cuando sabemos que dedicó más esfuerzo, y al menos el mismo rigor metodológico, a la interpretación de la Biblia que al estudio de la mecánica celeste.

Así pues, ¿qué buscaba este gran científico cuando se enfrascaba horas y horas en la lectura de las Sagradas Escrituras? ¿Qué esperaba encontrar en su laboratorio de alquimia? La prisca sapientia, la sabiduría de los antiguos. Newton, como muchos otros, creía que los antiguos poseían un conocimiento que el propio Dios les había revelado. Este conocimiento se perdió, pero los sabios de épocas posteriores lo recuperaron, ocultándolo en mitos y fábulas para alejarlo del alcance del vulgo. De modo que tanto los mitos clásicos como la Biblia, para Newton, contenían códigos que había que descifrar, secretos ocultos que nos revelarían los misterios de la Creación.

He aquí algunos de los misterios que Newton desveló:
  • La geometría del Templo de Salomón oculta la cronología de la historia del pueblo hebreo.
  • El mundo acabará en el año 2060. No hagáis planes para el 2061.
  • La localización de la Atlántida.
  • Recetas alquímicas codificadas en los mitos, varias de las cuales probó personalmente.
Hoy todo esto quizá nos haga gracia, pero todo el esfuerzo de Newton en su estudio de la Biblia, los mitos, las ciencias ocultas, la alquimia, y también la filosofía natural (lo que hoy llamaríamos "física") estaba orientado a conocer la verdadera estructura del mundo. Él pensaba que dicha estructura ya la conocían en tiempos antiguos, y por tanto lo que había que hacer era recuperar esa sabiduría olvidada. Quizá en esto se equivocaba, pero su afán por saber le llevó a contribuir a que nuestro conocimiento del mundo diera un enorme salto hacia adelante.

Bibliografía
  • Dobbs, Betty Jo Teeter, The Foundations of Newton's Alchemy, or "The Hunting of the Greene Lyon", Cambridge University Press, 1975.
  • Webster, Charles, From Paracelsus to Newton. Magic and the Making of Modern Science, Cambridge University Press, 1982.
  • Wikipedia: Isaac Newton's occult studies.